... el 20 de mayo de 1981 nació en Móstoles un santo...
Esta fue la frase con la que Pepe Reina presentó a Iker en la celebración del Mundial 2010. Y es que este hombre, para muchos es considerado un santo, gracias a sus majestuosas intervenciones consiguió dar la gloria tanto al Real Madrid como al combinado nacional. Con muchos títulos en su vitrina y la capitanía en la selección, espera lograr más éxitos a lo largo de su carrera y nosotros esperamos que lo consiga. Pensando en este jugador con la camiseta de la selección española me vienen a la mente momentos como aquella parada a Rusia en la semifinal de la Eurocopa 2008, el penalti que detiene a Paraguay en los cuartos del Mundial de Sudáfrica y, en este mismo campeonato, su parada más espectacular, la que nos dio vida en la final frente a Holanda:
La jugada comienza con un saque de puerta de nuestro guardameta y, tras varios rebotes, el balón acaba en pies de un centrocampista holandés, que ve muy bien el desmarque de su compañero Robben y le da un pase al hueco medido. Cuando el balón llega a los pies del ex-madridista, toda
España está en vilo, aunque confiando en nuestro portero. Pasan 9 o 10 segundos del minuto 61 desde que recibe el pase y hace el control para encarar solo a puerta y llega el momento, Arjen Robben tira a portería y... ¡MILAGRO!, el pie de Iker Casillas se interpone en la trayectoria del balón para echar a perder una clara ocasión "orange". Después de pasada aproximadamente una hora desde este momento, España alcanza la gloria y consigue su primera Copa del Mundo.