Según cuentan las personas del entorno del Míster, no solo era un gran entrenador, sino que también era una gran persona.
Su vida, estuvo cargada de alegrías ya que logró ascender 5 veces a la Primera División española pero también estuvo llena de disgustos. En su vida personal Manolo Preciado se llevó un varapalo tras otro pero siempre optó por seguir adelante. En 2002 perdió a su mujer a consecuencia de un cáncer, tres años después a un hijo de 15 años en un accidente de moto y, en 2011, a su padre al resultar atropellado cuando empujaba a un vehículo.
Tras estos sucesos, Manolo Preciado pronunció una frase que merece ser recordada:
"La vida me ha dado duro. Podía haber sido vulnerable y acabar pegándome un tiro, o mirar al cielo y crecer. Elegí lo segundo"
Como decía Andrés Montes, "La vida puede ser maravillosa", pero no siempre es así, la vida no siempre está cargada de alegrías y casi siempre hay disgustos, que es lo que le ocurrió a Manolo Preciado.
Antes de su fallecimiento, pronunció otra frase para la historia:
"Lamento si hice algo mal, seré de este equipo toda mi vida. Seré socio del Sporting hasta que me muera"
Esta frase hace que el Sporting de Gijón esté en deuda con este gran hombre, bueno, no solo el Sporting, todo el universo futbolístico esté en deuda con Manolo.
Y para finalizar, una pregunta: ¿Quiénes nos creemos nosotros para recordarle con lágrimas cuando fue todo sonrisas?.
D.E.P FIGURA.
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